Nota: para recibir esa libertad indomable de la naturaleza, abrir los brazos como cuando recibes a un ser querido. Lo salvaje grabado a fuego en tu mente a través de millones de años de evolución, hace el resto.
Correr a toda velocidad, luchar por la última pelota en la cancha de futbol, agarrar en la bici una velocidad bárbara, escalar tan alto un árbol que no tenés ni idea cómo bajar luego, cruzar macizos y montes con unas pendientes fatales, navegar por el mar, escalar una montaña, perderse en la naturaleza, subirse alto en lo más alto en un edificio sin seguridad alguna para ver el horizonte, seguir los instintos que te llevan más allá de lo conocido en la vida.
Probé todo eso y más en la vida.
Mi espíritu libre, inabrazable e inquebrantable me ha llevado a tener infinidad de problemas con gente conocida y otras no tanto. Nada de eso me importó nunca ni importará jamás si está en juego mi forma de ser y/o mi esencia.
Si el océano muere, nosotros morimos.
Los cinco mayores peligros para los océanos del mundo.
Coda
Te preguntarás por qué la realidad del planeta Tierra y sus océanos no me deprime. Esto es así efectivamente porque creo 100% en la resiliencia de los ecosistemas y su capacidad de readecuación, que puede o no coincidir con nuestro ciclo biológico. Creo que la naturaleza es súper sabia y que podrá salir adelante a pesar de todas las agresiones al medio ambiente por parte de la humanidad.Confío plenamente en nuestro planeta así como en el espíritu humano, con todas sus contradicciones.
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