Thanks God for that.
1989/90 mi madre en su camino de sanación personal había arrancado con el reiki, los ángeles, los arcángeles, la curación de sueño, la magia de las velas, estudios akashicos, interpretaciones de las velas, los 7 chakras, la psicología, la psiquiatría, etcras miles.
Como es una mujer extremadamente inteligente, de inteligencia emocional cero as far I can tell, pero inteligente, eligió tratar de buscarle una solución a los males que la atormentaban de niña.
Lo peor estaría aún por venir a principios de los 90s. Con esas fuerzas que la caracterizaban luchó por su vida incontables veces, luchó por sus hijos como una leona, luchó por un país más justo militando, yendo a marchas pacíficas y no tanto para pedir por la vuelta de la Democracia en Argentina. Y está viva hoy en día. Mi madre querida es un milagro de la naturaleza y el espíritu humano.
Este es el disco mantra que gracias a mi madre escuchaba a full |
El caso es que de niño quería ser bombero, astronauta, ingeniero para construir cosas.
Elegí con los años, ya que me gustaba mucho lo aeroespacial, las naves, los barcos y los aviones, ser astronauta.
La música ya la tenía!
KITARO.
Solo me faltaba el entrenamiento en Cabo Cañaveral, años en la NASA como piloto de avión caza, o biólogo molecular, o astrofísico, o ingeniero naval, o bioquímico especializado en rocas de meteoritos u otros planetas. También me faltaría el traje espacial, las horas de vuelo en aviones avanzados, el entrenamiento under water, aprobar muchos tests físicos extremos. Faltaría el vuelo en algún space shuttle.
Pero ya tengo la música desde muy chico ey.
Con la música new age mi cerebro se rechipeó para bien. No todo lo que me hubiera gustado pero para mejor for sure. Se crearon nuevas redes neuronales y se fortalecieron por el estímulo otras. A los 15 años abandoné un patrón autodestructivo a full que era la violencia innata que teníamos inside porque así habíamos sido criados por un camino de paz.
Una vez más la música, las vibraciones sonoras creadas por otros seres humanos me salvaron la vida. Ya no era mi rapidez en la pelea callejera, o en el chamuyo para zafar.
Mi destino se torció, salió del círculo oscuro vicioso del dolor, la angustia, la ansiedad y la locura que me proponía el vínculo materno en aquellos tiempos.
Escuchar música, no a las personas, me hizo más fuerte, más íntegro, más enfocado en mi camino personal.
Un camino que no incluía en lo absoluto a mi familia primaria.
Y como podéis apreciar así fue.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario