Toda mi vida me sentí atraído por los problemas.
Digamos que desde niño y hasta los treinti. Sin precisar posible fecha final exacta o mejor si dale: a los +-35 years old.Puedo aseverar sin ningún atisbo de duda que a medida que iba creciendo, los problemas eran cada vez mayores.
Traer niños al mundo por ej. Sin profesión, sin ingresos fijos, sin lugar donde darles de vivir ni qué comer. Pero claro, siempre tuve a mi madre y a mis abuelitos paternos atrás para ayudarme con todas esas locuras que se me ocurrían en el camino de la vida.
No fueron pocas las locuras sacrificando mi presente en pos de un futuro mejor. La papitud fue solo un ejemplo del magneto que me atraía a los problemas y la locura de vida sin descanso que trae aparejada.
El ser padre hubiera sido un problema ya no para mi sino para las criaturas que había traído a este mundo en llamas de calentamiento global si no hubiera mejorado intuitivamente my lifestyle o Calidad de Vida.
Así que mejorar aprendiendo continuamente y estudiar para salir adelante no fue más una opción en mi cabeza. Fue central.
Comencé a tener una vida pacífica lejos de los tóxinas antifamilias allá lejos en 1995 yendome a alquilar a otro barrio a los casi 21 años. Para comienzos de 1997 mi vida estaba resuelta con 22 añitos. Alejarme de los problemas por la puerta grande fue increíblemente fácil. Bah! eso creía...
Pateando el tablero, armando flor de berrinche, separándome, rompiendo todos los corazones que sentían algo por mi. Bomba neutrónica. Así like that, pum, destruía esa paz que tanto necesitaba para mi vida antes de llegar al año de mi matrimonio.
Esta forma de ser de alejarme cada vez más de los problemas y caer de vez en cuando en agujeros negros que no dejaban salir mi luz fue muy recurrente al menos una vez por año hasta bien llegado el siglo XXI.
Pasaba todo un año sin problemas aparentes en la superficie de mi vida, pero yo siempre fuí un volcán a punto de explotar.
Y explotaba like a swiss clock.
Cuando eso pasaba, todos sufríamos. Yo por sobre todas las cosas porque sabía que mi vida estaba bendecida a todo nivel. Entonces por qué torpedeaba mi vida así con tantíssima puntería y tanta impunidad?!
Aquí arriesgo una certera aproximación: porque creía firmemente, desde muy chico dada la crianza y la niñez que tuve, y por sobre todas las cosas la idea de buena vida que yo mismo tenía y me hice con el tiempo, que el pursuit of my happiness era sagrado.
Sagrado. No matter who or what.
Sin que nada ni nadie importe en el camino.
Al igual que hoy en día: me llevo todo puesto cuando una idea revuela en mi febril imaginación. Hay un deseo imparable de hacer realidad ese pensamiento que para mi fue irresistible hasta años recientes.
Mejoré mi autocontrol debido a la compasión. No practiqué activamente la meditación trascendental, ni el budismo que tanto leí y entiendo. Pero esa comprensión me ayudó claramente. Llevo décadas leyendo sobre yoga, meditación y ejercicios relacionados para calmar la mente y el cuerpo de sus pasiones. Me sumergí en la New Age, el chill out y el ambient desde hace mucho tiempo y eso ha ayudado enormemente. Ahí mis mantras. Con vibraciones del sonido curé y curé a otros. Mi cerebro se rechipeó y creó nuevas conexiones neuronales.
Lo que funcionó conmigo fue lo de siempre: entregarme a otros, a que nos les falte nada, a satisfacer necesidades importantes de los demás. A ser solidario y siempre ofrecerme a mejorar la vida de otros quienes sean esos otros.
Contemplar el paisaje, disfrutar del paisaje, hablar con otros, escucharlos (poco as usual), crear lo que sea para mejorar lo que sea de quien sea. Todas esas cosas son quite WOW en mi cabeza. Ser así ha mejorado mi vida sin parar a través del tiempo.
La paz, el regocijo y la felicidad llegan seguro.
Siempre lamentaré el hecho de que en el camino de convertirme en quien soy, haya sufrido gente. Mucha para mi gusto. Pero así es la vida: o te quedas con las enseñanzas que te da el vivir o te quedas con la sombras que dejaron los fracasos. Con el polvo.
El mundo cambia a medida que nosotros cambiamos.
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