The Blood era mi canción favorita de The Cure. La escuchaba a tope, a rabiar y si: tipo mantra sin parar. Era tan chico!
Antes de probar con mi sangre lo primeríssimo que había aprendido con el set del microscopio que me había regalado mi madre fue observar los granitos de azúcar, luego los de sal. Una maravilla de colores como el arcoiris, ya que la luz que reflejaba desde abajo creaba un efecto óptico maravilloso sobre sus vértices afilados. Los cristales se revelaban como un mundo secreto lleno de magia. Era la naturaleza hablándome! Era la creación divina de Dios manifestándose ante mis ojos!
Nunca más fuí el mismo of course.
¿Cómo no iba a creer en Dios? Imagínate que además eran épocas donde mis abuelitos me llevaban los Sábados a la Iglesia Pentecostal Evangélica. Allá en San Pedrito y Alberdi. Aún conservo la pequeña biblia que me había regalado la Nonita, hace años contiene garabatos de Bianca cuando era una infante inocente y amada por todos nosotros, su verdadera familia.
Los Domingos a veces iba a misa con mi abuelita materna en el centro del barrio Gral. Savio, Lugano I &II, a la iglesia Jesús Salvador. Si, la misma donde en los alrededores en 1989 me meterían preso en la Comisaría 52 por dispararles a las personas con un arma (prestada por un vecinito de los Nonitos @ Floresta) de aire comprimido en la puerta del Banco Ciudad! Mamita qué descerebrado. Pero así es la teenage, una revolución mental y hormonal. Sobre todo en un barrio tan tan peligroso como era ese. Todo era bastante bizarro en mi primera juventud.
Fijate en el centro de la foto: Ahí en ese techo donde está una pirámide, un tragaluz redondo y un campanario, allí está la iglesia. Bien, fijate más arriba en la foto están los techos marrones del cine que íbamos en los 80s, donde me subí a mano alzada una vez hasta arriba en el techo por el vértice frontal de ladrillos, me creía Spiderman of course. Si me caía en la escalada: no la contaba! Siempre al filo de la vida. Siempre al borde. Era quite intrépido. Cuánto más cerca del cielo más cerca de mis sueños estaba pensaba.
Inmediatamente a la derecha del cine se puede apreciar el Banco Ciudad en color blanco entre los árboles. Gran foto. Una locura lo que pateé este barrio desde los 12 a los 18! Seis años de aventura y exploración extrema a todos los niveles posibles. Paré en muchos lugares de este barrio e hice amigos y amigas (y enemigos poquitos e insignificantes pero que había que tener cuidado) por doquier. Me lo conocía de punta a punta.
Aquí un 360° de la zona.
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Pero bueno, cada vez que entraba a alguno de esos dos templos de la fé, ahí estaba sentadito yo, un pequeño científico que no simpatizaba del todo con ninguna liturgia religiosa, con ninguna religión, no simpatizando del todo con nada de lo que me rodeaba, para variar.
Allí estaba yo deseando seguir inmerso en la naturaleza abajo en mi edificio con los bichos bolita, las langostas, las lombrices, y mi microscopio. Allí residía Dios para mi. Era feliz así.
Yo ya estaba imbuido por el mismo espíritu que San Francisco de Asís, sin saberlo claro está.
De niño quería ser astronauta, quería ser bombero, pero sobre todas las cosas me sentía científico. Mi guardapolvo blanco del cole primario era más que solo eso.
Desde 1986 hasta +- 1989 El Nonito, fijate vos la paradoja, la contradicción de su vida ahora que lo pienso: Cristiano Super Believer, devoto asistente de la iglesia evangélica, ferviente religioso que leyó más de 37 veces la biblia de corrido - libro sagrado que me quedó como herencia también, con sus anotaciones y todo, una reliquia sagrada para mi- trabajando para la ciencia sus últimas dos décadas laborales! That´s a human nature does not? Contradicción a contradicción vamos viviendo hasta el último día.
Mi abuelito queridísimo me conseguía algunos instrumentos cuando algo se me rompía. Como también tenía el juego de química que taaaambién me había regalado mi madre, estaba en plena etapa científica de mi vida. Las pipetas de vidrio me las conseguía el Nonito desde su lugar de trabajo: Laboratorios Armstrong. Tenía a los dos popes de la familia haciéndome de suppliers para que yo sea toda la potencia que podía ser. Estoy tan tan agradecido!
Sumale que a los 12 años comencé el secundario industrial aquí, donde estaba mañana y tarde en el cole. Tenía talleres de electricidad, carpintería, hojalatería, construcción, dibujo técnico, math a mansalva en todo. Era de madera en todas esas disciplinas! Pero finalmente daba bien todo, esforzándome mucho y años con diferentes maestras particulares pagadas por mi madre. Fueron 4 años de ciencia, ciencia y más ciencia! Uno de los pilares del Peronismo si te fijás. Mi madre era (y se sigue considerando) militante peronista y dirigente social en el barrio donde vivíamos por aquél entonces.
Algún día publicaré mis boletines de estudio de la primaria y secundaria! Revelan tantíssimo de mi y de mi inteligencia!
Durante muchos años de mi pre teenage, durante my teenage, como joven adulto, como adulto, como padre, como ahora casi abuelo, siempre allí donde viví, llevé conmigo aquél instrumento científico que mi madre me trajo de Cuba.
Una de las tantas de las cajas con tesoros que tengo de mi existencia. Tengo toneladas de recuerdos atesorados de los 80s/90s! |
Para mi es un objeto de lo más preciado en el Museo de Objetos del Circo Itinerante que me llevo allí donde me lleve la vida. De los más preciadíssimos que tengo I can tell.
Qué acierto el de mi madre entre tantos desaciertos que fue su mamitud criándome!
Cuánto valoro los aciertos! Cuánto desprecio sus errores!
CUÁNTO AMÉ Y AMO MI VIDA.
Por eso he sobrevivido a todo y a todxs casi indemne.
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