Siempre fuí un lastimero. Una víctima de mis propias decisiones. Recuerdo serlo ya desde muy chiquito. Animal. Violento. Llorón. Histérico. Cuantos features para una criatura under 10, no!?Ese niño que fuí que se resiste a morir, niño que vive latente dentro mío, que no me suelta ni lo soltaré ni loco ni mamado porque es quien camina sobre una cornisa con una sonrisa. Es quien se sienta en una terraza o ventana muy alta con nada más de protección que sus convicciones de que no caerá a ningún vacío posible. Esa alma que me motiva a mejorar día a día, a presentar mejoras a todo nivel en la vida de muchas personas durante tantos años, no solo en la mía. Estoy orgulloso de ese pibe que supo elegir bien después de todo. Dar, dar y dar que siempre vuelve de una forma maravillosa.
No sería yo si dejase que algunas heridas cierren. Algunas muy poquitas me gustan abiertas. Como las venas abiertas de latinoamérica que siguen sangrando injusticia, desigualdad de oportunidades y malestar social.
No querré que cierren jamás mis venas sangrantes para no olvidar la ignominia que significó haberlo dado todo por personas que no lo merecían at all.
Me da igual a nada que sean familia, exfamilia, blood related, or friends or whatever they are. O que haga mil años que estamos juntos. Me da igual!
Los paths personalísimos son sagrados. Estar bien acompañado en la vida: is a must.
Pero si no se dan las condiciones, tampoco es un error de vida, es aprendizaje.
Se nace alone, se muere alone.
Show must go on. C'est la vie. A seguir viviendo hasta el último suspiro. La vida es sagrada.
Me gustará la música de Andrew Bird for good.
Qué año más maravilloso que tuve.
No podía haber sido más perfecto.
Ideal no porque no, pero almost!
#aBlessedGuy
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