1996

Cuando peor estaba el mundo que me rodeaba, las personas con las cuales crecí, cuando todo era cambio de salida de la adolescencia hacia la primera madurez del adulto joven: yo aposté por la vida.
Cuando alrededor era caos, desorden, enfermedades mentales, abuso de drogas y alcohol, violencia as usual, yo decidí por la vida.
Cuando las personas que éramos nosotros tratamos exitosamente de salir de las drogas y el alcohol, dejando atrás a mucha gente, apostamos por la vida.
Cuando allá lejos en el tiempo cuando yo tenía 22 años, y creía tal cual hoy (en ésa época ciegamente) que tenía la razón en todo o en casi todo: aposté por la vida.
Cuando todo se derrumbaba en las dos familias que mejor conocía, por desaciertos, por falta de educación, por falta de amor propio, por falta de motivaciones iluminantes, yo me mataba estudiando y aposté por la vida.
Apostar por la vida fue una de las tantíssimas decisiones acertadas 100% de mi vida.
Esparcir mi ADN por el mundo para que gente como yo siga existiendo, siga progresando como yo lo hice con mucho sacrificio (por uno y por los otros), con felicidad y alegría de saber estar haciendo lo correcto.

Aposté por la vida y fuí feliz al hacerlo.

Gracias a la vida.
Gracias a mi instinto de supervivencia.
Gracias a mi inteligencia emocional nunca apagada del todo.

Yo aposté todo por vos