- Salir a pelear la vida sin tenerla servida como la tuvimos nosotros con ropita, lugar cómodo dónde vivir (desde mis 14 años) y la heladera llena.
- Salir a pelearse con los viejos chotos del barrio que nos maltrataban o con los vecinitos mayores que querían abusar de nosotros haciéndonos bullying porque eran más grandotes.
- Pelearse con la poli cuando nos llevaban en cana.
- Cagarnos a palos cuando nos rateábamos del cole secundario o cuando no dábamos bien las materias o bien cuando se gastaban fortunas en profesoras particulares para que cuando vayamos a rendir: rindamos mal.
- Llevarnos a todos los médicos, a todas las operaciones, a comprar todas las medicinas porque eramos re enfermizos con mil dramas en nuestra niñez.
- Hacerse cargo de los problemas mentales que teníamos de niños, que no eran pocos y nos afectaba la autoestima, el sistema inmunológico y por sobre todas las cosas: el rendimiento escolar.
- Salir a buscarnos por el barrio cuando no volvíamos a la hora indicada para la cena.
- Salir a pelearse con los que nos vendían falopa o nos llevaban por el mal camino del choreo, las drogas, el alcohol y/o las pastillas.
- De vez en cuando llevarnos a comprar ropa a Munro o a la calle Avellaneda en Flores porque vestíamos poco hasta al menos los 12 años.
- Llevarnos de vacaciones a MarDel varios años (como antes de que se separen, uno de mis primeros viajes junto con el del NOA cuando era casi un bebé) y cuidarnos que no nos ahoguemos porque encima mi madre NO SABE nadar! Pero igual nos llevaba a la playa, nos dejaba meternos y ni quiero imaginar su miedo si nos perdía de vista en esas playas atestadas de gente.
- Luchar con el secu de sus hijos porque no dábamos pie con bola, y en un cole industrial te puedo asegurar que no jodés por la carga horaria que tenés: estás todo el día en el cole asimilando conocimientos. Cosa que a mi me sirvió en 6 años, dos coles: A LOT.
- Ayudarnos a formar un hogar comprandonos un techo donde vivir con nuestros hijos.
- Ayudarnos con la comida, con la ropita de los bebés, con las cuentas, con los pañales como hicieron también mis abuelitos queridos.
- En fin: acompañarnos con el cuchillo en los dientes, aunque no compartas mis decisiones, tal fue el caso de mi madre querida, apoyando en desacuerdo.
- Podría seguir con tantísimas cosas más, pero ya están escritas en mis memoirs.
O mejor aún, ya que estamos idealizando, ponele que no debería haber pasado por lo de mi madre, podría haber sido aún mejor:
Entonces...
Long life to my dear mother.
- Podría no habernos cagado a palos jamás en la infancia y adolescencia, ser un militante anti violencia como yo.
- Podría ser cariñoso con nuestros amigos, no pegarnos ni maltratarnos frente a ellos.
- Podría haber sido un padre que nos defienda ante otros familiares que quisieron arruinarnos la vida.
- Podría haber sido un padre que reciba de buen grado a nuestras novias, parejas y esposas sin mirarlas mal o sin tratarlas con desdén.
- Podría haber sido un padre que jamás nos levante la mano frente a nuestras familias o mujeres.
- Podría haber sido un padre cariñoso, comprensivo, para nada intolerante, con ganas de charlar aunque sea una pavada sin menospreciar a sus hijos.
- Podría haber sido un padre que haya elegido estar más con sus hijos y menos en el trabajo, esa presencia podría haber sido fundamental para protegernos de las tentaciones del barrio.
- Podría haber sido un padre familiero, que le guste estar con nosotros y no salga corriendo a los 15 minutos en cada cumpleaños de los pibes.
- Podría haber sido un padre ideal, tan ideal que no fue.
Entonces...
Long life to my dear mother.
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