Estamos llenos y llenos de pequeñas centrales nucleares andantes.
Tenemos dentro de cada porteño, dentro de cada bonaerense que se vino para acá y saltó el charco de cemento called Gral. Paz, un Chernobyl en potencia.
Solo falta estrellar nuestros átomos egoístas contra el reactor nuclear que son los otros y lista la chispa adecuada del caos y la rebelión.
Una violencia innata que lucha contra la valentía de ser amorosos, comprensivos, gentiles, sensibles, solidarios, negociadores, civilizados bah!
Todo lo que no soy con los antifamilias, sus simpatizantes, acólitos del dark side de |
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