Entonces copio y pego algunos escritos from Wiki:
Existen escritos de Epicuro y de sus seguidores que nos muestran sus doctrinas: entre los deseos, algunos son naturales y necesarios y otros ni naturales ni necesarios, solo consagrados a la opinión vana. La disposición que tengamos hacia cada uno de estos casos determina nuestra aptitud para ser felices o no.
- Dentro de los deseos naturales y necesarios encontramos las necesidades básicas físicas, como alimentarse, calmar la sed, abrigarse y el sentido de seguridad.
- Dentro de los deseos naturales e innecesarios están la conversación amena, la gratificación sexual y las artes.
- Dentro de los deseos innaturales e innecesarios están la fama, el poder político, el prestigio y los generados por las empresas.
- Debemos satisfacer los deseos naturales necesarios de la forma más económica posible.
- Podemos perseguir los deseos naturales innecesarios hasta la satisfacción de nuestro corazón, no más allá.
- No debemos arriesgar la salud, la amistad o la economía en la búsqueda de satisfacer un deseo innecesario, pues esto solo conduce a un sufrimiento futuro.
- Hay que evitar por completo los deseos innaturales e innecesarios pues el placer o satisfacción que producen es efímero.
El epicureísmo identificaba el placer con la tranquilidad y enfatizaba la reducción del deseo sobre la adquisición inmediata del placer. En esta forma, el epicureísmo escapa a la objeción precedente: mientras el placer y el bien mayor son de hecho lo mismo, Epicuro argumentaba que el placer más alto consiste en una vida simple, moderada, complementada con discusiones filosóficas entre amigos. Enfatizaba que no era bueno hacer algo que a uno le haga sentir bien si después de experimentarlo denigraría las experiencias posteriores y no le permitiría sentirse bien. Así mismo afirmaba que a veces por tener placeres momentáneos intensos se sacrifica el bienestar posterior. Epicuro entendía por placer la ausencia de dolor.
«El hedonismo es una actitud ante la vida. Es una filosofía vital que prima al instante sobre el devenir, que reivindica la valentía sobre el miedo, que respeta la materialidad y cuestiona el espíritu, que gestiona lo que sucede sin despreciarse por lo que nunca sucedió, que aprecia la lógica de la vida y cuestiona la lógica de la muerte, que sabe que lo suficiente es suficiente, que busca el placer donde está, no donde se busca, que hace de su cuerpo su aliado y no su prisión, que desea sin que lo esclavice su deseo, que emplea su tiempo más que su dinero[...] El hedonista ejerce el difícil arte de establecer la paz consigo mismo». Valérie Tasso de su libro: Antimanual de sexo.
Mientras que la mayoría de neurocientíficos cree que nuestro cerebro funciona con un esquema de «castigo-recompensa», en el que algo que beneficiaría a nuestros antepasados (comida, pertenecer a un grupo o tener sexo) llevan a la producción de endorfinas, u hormonas del placer, lo que haría que los hedonistas tengan la razón.