De mi vida fue a los 19/20 saber, entender que estaba atrasado en los estudios académicos en dos años por haberme dedicado a cualquier cosa menos terminar el secundario en tiempo y forma.
Ese dato, ser consciente de eso, me llevó a tener una ambición tremenda con respecto a los conocimientos que debía adquirir para no ser pobre, no rodearme de pobres mentales, en un proceso formativo en el cual yo visionaba calidad de vida = felicidad y viceversa. Ya a esa edad.
Claro, anhelaba lo que no tenía. Pero lo ambicionaba duro. Y es así que ya terminando el secu (1994) me anoté en UBA XXI para demostrarme que estaba comprometido a recuperar el tiempo perdido en la vagancia, siempre relacionada al placer de las mujeres preciosas, hermosas, intensas al nivel más íntimo, que era lo que me perdía. Ya que esa interacción (el amor entre el varón y la mujer, entre ese teen y otras teens femeninas) para mi eran shots level WOW³ de adrenalina / dopamina / serotonina / endorfinas.
Nunca más dejé de estudiar desde que me tomé en serio los estudios académicos, o sea 1993 (tenía 19th years old), pero sí, seguí abandonando carreras que veía no eran para mí una vez las cursaba en esos años posteriores de los 90s.
No dudaba en abandonar. El cambio nunca jamás me dió miedo. Al contrario. No dudaba en buscar nuevamente contenidos que me apasionen. Y si eran relacionados a ese sentir que me ponga las hormonas generadas por el cerebro bien ahí arriba, mejor.
Difícil, lo sé.
Pero yo necesitaba para existir, dada nuestra crianza salvaje, tener esas drogas biológicas naturales que me abracen, me embriaguen completamente en un cielo de placer y hedonismo protector.
![]() |
🤪 |
Y así al día de hoy con la AI, con las neurociencias, con la innovación tech. Nunca parar de adquirir conocimientos top notch.
Con pasión y dedicación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario