De tener que cambiar algo de nuestra personalidad para matchear en algún rol social determinado debido a nuestras necesidades vitales...
Por ejemplo tener que conseguir un trabajo en el cuál te das cuenta rápidamente qué aspectos de tu personalidad pueden ser expresados y cuáles definitivamente no.
Parte de este movimiento de la consciencia del individuo en edad de trabajar tiene que ver con los deseos de progresar, básicos hoy en día en un mundo pujante de I + D relacionado con nuevas tecnologías que modifican los procesos industriales, comerciales, logísticos y empresariales rápidamente pero también el deseo inmanente de encajar.
Encajar en el imaginario que tenemos desde niñxs y que vamos desarrollando y metiéndole un montón de líbido y fuerza imaginativa en base a acciones motivadas siempre por nuestros sueños que a su vez impulsan el deseo, cualquier deseo.
Mejorar. Progresar. Saber. Todo eso lleva a la felicidad. Y una vez que visualizas el camino, se hace un círculo virtuoso donde la felicidad te lleva a mas mejora, a más progreso y a saber más sobre aquellos temas que te apasionan y que ves claramente cómo se articulan para sostener ese éxito en el tiempo.
Un círculo virtuoso.
Ceder partes de nuestra personalidad, silenciarlas momentáneamente también es un acto de supervivencia.
El drama está cuando esas aristas, esos colores, esos rasgos fundamentales de la personalidad con los cuales nacemos y con suerte podremos desarrollar, son dejados en el camino porque no sirven y/o no son funcionales en el rol social, laboral, profesional que hemos elegido para vivir.
La cola de la lagartija que quedó en nuestras manos al intentar atraparla.
Lifestyle.
La pregunta obvia es: "Si una habilidad, un rasgo en el proceso de adaptación queda en el camino, justamente de eso se trata evolucionar, cuál sería el problema!? Al contrario, es una mejora que impacta en nuestra biología porque nos permite vivir mejor.
Dejar, abandonar algo de nuestra personalidad siempre tiene un costo. Nada es for free en este mundo de mutación biológica basada en la transformación química de la energía, acto vital permanentemente ligado al servicio de la expresión de nuestros genes interactuando con el entorno.
Siempre se cambia algo por otra cosa, por otro estado, por otro parecer, por algo, alguien. Mutando estaba la gansa.
Y muchas veces se decide cambiar por amor. Sí, ese que mueve al mundo y transforma el universo.
No sabés si va a funcionar, si vas a durar, si vas a ser feliz, pero ahí estamos todxs lxs seres humanxs prontos a cambiar cualquier aspecto de nuestra existencia en nombre del...
Un salto al vacío.
Y la gran mayoría de las veces lo hacemos con alegría, embriagados de dopamina y otras hormonas y químicos del amor, la procreación, la aspiración de tener una relación con otra persona que trascienda la soledad del uno, de estar sola con una misma.
El deseo de impregnar con nuestra existencia la vida de otra persona.
"Debería haber en el mundo alguien para mi, alguien como yo."
Alguien a quien amar.
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