04/01
Primeros días del año. Antes de irnos a Gesell. Barrio Saavedra.
Huevo le decíamos a mi mejor amigo de aquél entonces: Nicolás Moyano.
Antes radical de cuna, cordobés, criado en CABA, fanático de Talleres, creció por decisión propia en Villa Lugano.
Fuimos requete amigos al menos 5 años. Desde 1990 al 1995.
Nos peleamos porque él no creyó en mi fiel amistad, por no perdonarme un error: los amigos justamente están para perdonar errores así sean errorsazos como lo fue el mío, así que no, me desilusionó pues yo creía que nuestra amistad era a prueba de balas.
Qué pena, por él claro está. Se perdió un tipazo con una amistad de fierro.
Primeros días del año. Antes de irnos a Gesell. Barrio Saavedra.
Huevo le decíamos a mi mejor amigo de aquél entonces: Nicolás Moyano.
Antes radical de cuna, cordobés, criado en CABA, fanático de Talleres, creció por decisión propia en Villa Lugano.
Fuimos requete amigos al menos 5 años. Desde 1990 al 1995.
Nos peleamos porque él no creyó en mi fiel amistad, por no perdonarme un error: los amigos justamente están para perdonar errores así sean errorsazos como lo fue el mío, así que no, me desilusionó pues yo creía que nuestra amistad era a prueba de balas.
Qué pena, por él claro está. Se perdió un tipazo con una amistad de fierro.
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