Claro. Tuve terror. Pero no el terror de peliculas, blablabla, nah. Ni el del peligro de la inseguridad (creo que nunca lo he vivido excepto a mis 14 años) sino más parecido al de la montaña rusa, como cuando te prestas a un juego que estás ahí por tu voluntad y ya no podés zafar.
Nada puede pasarte. Así que como a las 16 en punto salgo de mi nuevo trabajo, me fui al auto no solo para sacarlo de esa masacre que recién comenzaba, sino porque tenía que ir a buscar al Unicenter a la Abuela Chela que se llevó a los kids al cine. Bien.
El dia se puso negro minutos antes de salir de Palermo.
Comenzaron tímidamente con lluvia a caer las primeras bolas de golf granizadas. Para cuando subí al auto ya era un quilombo todo, yo tenía que irme ya de ahí, asi que salí a una desolada Av. Libertador, todos huían espantados y te puedo asegurar que la vista era maravillosa, todo blanco, all the panorama. Puse las balizas y ahí comenzó a caer soretes de punta, filosos, blancos, esféricos.
Vi autos destruidos, el ruido era aterrador cuando toda esa furia pegaba en los vidrios, en el techo y en el capot del coche. Fue terrible. Ese ruido...
Es lo más parecido a que te estén tirando piedras ponele, pero que no se rompe nada. Al menos en el white Atahualpa.
Luego me perdí en el chopin, luego no encontré a mis hijos, luego me volví a casa.
Luego tuve que volver al chopin porque me llamaron reputeando todos, total ellos no cazaban una. Estaban dentro de la sala oscura.
Más tarde vimos el noticiero, más de lo mismo. Especulación, pobres propietarios de automóviles caros. Etc.
En fin, que el seguro no cubre desastres naturales, que nadie tiene o casi nadie, seguro contra todo risk, bla3.
Yo como estoy envuelto en un aura de maravillas y mil colores, pude refugiarme en medio de la tormenta debajo del puente del trágico mal llamado Paseo de la Infanta...y ahí bancar la bronca.
Quizás esa decisión, fue y otra más, las que pudieron hacernos safar a las dos entidades de una tragedia mayor.
Solamente tiene una raya en el parabrisas del lado del conductor. Solamente una rayadura tiene el vidrio. Algunos muchos no corrieron con esa suerte, lo vi vividamente.
Tengo un dios aparte.
Nada puede pasarte. Así que como a las 16 en punto salgo de mi nuevo trabajo, me fui al auto no solo para sacarlo de esa masacre que recién comenzaba, sino porque tenía que ir a buscar al Unicenter a la Abuela Chela que se llevó a los kids al cine. Bien.
El dia se puso negro minutos antes de salir de Palermo.
Comenzaron tímidamente con lluvia a caer las primeras bolas de golf granizadas. Para cuando subí al auto ya era un quilombo todo, yo tenía que irme ya de ahí, asi que salí a una desolada Av. Libertador, todos huían espantados y te puedo asegurar que la vista era maravillosa, todo blanco, all the panorama. Puse las balizas y ahí comenzó a caer soretes de punta, filosos, blancos, esféricos.
Vi autos destruidos, el ruido era aterrador cuando toda esa furia pegaba en los vidrios, en el techo y en el capot del coche. Fue terrible. Ese ruido...
Es lo más parecido a que te estén tirando piedras ponele, pero que no se rompe nada. Al menos en el white Atahualpa.
Luego me perdí en el chopin, luego no encontré a mis hijos, luego me volví a casa.
Luego tuve que volver al chopin porque me llamaron reputeando todos, total ellos no cazaban una. Estaban dentro de la sala oscura.
Más tarde vimos el noticiero, más de lo mismo. Especulación, pobres propietarios de automóviles caros. Etc.
En fin, que el seguro no cubre desastres naturales, que nadie tiene o casi nadie, seguro contra todo risk, bla3.
Yo como estoy envuelto en un aura de maravillas y mil colores, pude refugiarme en medio de la tormenta debajo del puente del trágico mal llamado Paseo de la Infanta...y ahí bancar la bronca.
Quizás esa decisión, fue y otra más, las que pudieron hacernos safar a las dos entidades de una tragedia mayor.
Solamente tiene una raya en el parabrisas del lado del conductor. Solamente una rayadura tiene el vidrio. Algunos muchos no corrieron con esa suerte, lo vi vividamente.
Tengo un dios aparte.
Gracias, soy un devoto agradecido de la buena suerte que tengo gracias a la voluntad divina.