Bueno yo nunca seguí al abanderado.
Ni mucho menos fui uno alguna vez.
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Escuchá ahora este temazo de Pablo Dacal y Su Orquesta de Salón
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Ni mucho menos fui uno alguna vez.
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La Mala Reputación (Brassens)
En mi pueblo, sin pretensión, tengo mala reputación. Haga lo que haga es igual, todo lo consideran mal. Yo no pienso, pues, hacer ningún daño, queriendo vivir fuera del rebaño. A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé ¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé! Todos, todos me miran mal, salvo los ciegos -es natural-
Cuando es la fiesta nacional, yo me quedo en la cama igual, que la música militar nunca me supo levantar. En el mundo, pues, no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado. A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé ¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé! Todos me muestran con el dedo, salvo los mancos -quiero y no puedo-
Si en la calle corre un ladrón, y a la saga va un ricachón, zancadilla pongo al señor y aplastado el perseguidor. Eso si, que si, que será una lata, siempre tengo yo que meter la pata A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé ¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé! Todos tras de mí a correr, salvo los rengos, es de creer.
No hace falta saber latín, yo ya sé cuál será mi fin. En el pueblo empiezo a oir ¡Muerte! ¡Muerte al villano vil! Yo no pienso, pues, armar ningún lío, con que no va a Roma el camino mío A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé ¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé! Todos, todos me miran mal, salvo los ciegos -es natural!-
Cuando es la fiesta nacional, yo me quedo en la cama igual, que la música militar nunca me supo levantar. En el mundo, pues, no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado. A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé ¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé! Todos me muestran con el dedo, salvo los mancos -quiero y no puedo-
Si en la calle corre un ladrón, y a la saga va un ricachón, zancadilla pongo al señor y aplastado el perseguidor. Eso si, que si, que será una lata, siempre tengo yo que meter la pata A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé ¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé! Todos tras de mí a correr, salvo los rengos, es de creer.
No hace falta saber latín, yo ya sé cuál será mi fin. En el pueblo empiezo a oir ¡Muerte! ¡Muerte al villano vil! Yo no pienso, pues, armar ningún lío, con que no va a Roma el camino mío A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé ¡A la gente no le gusta que uno tenga su propia fé! Todos, todos me miran mal, salvo los ciegos -es natural!-