Y vos sabes que viajando en el tren muy seguido me dan ganas de llorar.
Son breves momentos de humanidad pura que me asaltan así, cuando veo a las chiquillas tocar música y hacer malabares, o cuando veo a aquel lisiado que le falta la mitad de las extremidades de un lado y va saltando pidiendo monedas, el ex drogón evangelista con el chico que le sigue vendiendo panes artesanales, el vivo de las medias, el flaco que se pelea con todo el mundo porque el mundo no lo quiere, y la chica gordita que pasa con su hermanito en silla de ruedas así todo pobrecito el pequeño que no puede mover ni un dedo, asi a lo
Hawking.
No es que esté sensible ni ná de eso. Sino que la vejez, y la pobreza me ponen mal.
IDontKnowWhy.
Pero supongo de donde viene. Yoquese.
El tema que venía hoy a la mañana, porque estoy entrando una hora antes, y había un tipo sentado, con la campera rompevientos más sucia y transparentemente negra que vi, la cara ajada asi tipo salinas del norte o trabajador de la construcción con muchos años de cal en el cuerpo.
Roto.
Y el tipo estaba fulminado, cansado, con gorrita super trucha como todo lo que vestía, y a mi me dió una pena bárbara. Yo, con el oso enorme, 3´s capas de lana, llama, oveja,
las botas de nieve, la mejor ropa que puedo tener para winter la tenía puesta, como si hubiese la mismísima nieve en BA.
Y el contraste no me molestó, me estaba apiadando de él, y la verdad tenía unas ganas bárbaras de compartirle mi ropa, si, la unica que tengo para fríos extremos, pero ese tipo, tenía otro frío.
Aparte de mi bondad de tren, me dí cuenta que hacía mucho que no me me emocionaba por las mesmas cosas que siempre me emocionan.
Para muchos la mirada del tipo podía ser la del asesino, la del chorro, la del ciruja y homeless pordiosero, para mi, era un laburante con su mochilita re cagado de frio.
Dios no existe, no al menos aquel que me vendieron a mi when i was a kid.