Y a los trece años o sea en algún momento de 1987 ya estaba en el hospital del quemado a que me reparen el cuerpo, mitad prendido fuego, producto de una fogata gigante que solíamos hacer con mi mejor amigo de la primaria: Gabriel Mamani.
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Aquella tragedia que relato ocurrió después de este verano @ Mardel |
Tirábamos aerosoles vacíos que encontrábamos tirados por ahí. Al parecer uno tenía bastante contenido inflamable. De esos Raid, de esos sprays dorados que le dejaban los pelos duros a las mujeres.
- El lugar exacto donde me prendí fuego back in 1987 (solo sé que ya habíamos terminado la primaria @ 1986). Por supuesto que el lugar nada que ver con lo que es hoy en día. Era todo verde, pastizales y no había ninguna cancha deportiva. Sí recuerdo el camino que era de tierra al costado.
Nunca olvidaré esa bañera de agua fría de la portería del edificio 101. Quién me vio llegar en ese estado calamitoso? Quién me asistió primero? Cómo se entera mi familia? Misterios que hoy nadie sabe.
Vecinos, entre ellxs el borracho del portero pues era su bañera, Teresa la mamá de Salomé (mi primer noviecita de la infancia)
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Salomé hoy en día Alejandra |
, tratando de curarme cuando me sacaron la ropa quemada, dejándome reposar desnudo en el agua fría. Luego mi madre que estaba trabajando, en esos años y por décadas siguientes en el NatCon, llevándome al Instituto del Quemado, que de muy adulto supe que era en Av. Pedro Goyena, Caballito, Ciudad de la Furia AKA CABA.
No tenía 13 años cumplidos cuando ocurrieron estos eventos.
La camilla metálica, doctores alrededor que nunca recordé sus caras. Cepillos que rascaban la piel para sacarme la piel quemada y liberar las ampollas gigantes de mugre y liquido. Las gasas furacinadas color mostaza que mi madre con devoción colocaba en mis heridas.
Ella me curó. Me ayudó a curar como tantissimas veces que no recuerdo antes y después de este evento. Incontables veces.
No recuerdo más nada del trauma y el dolor de esa jornada.
No me quedó sensibilidad al calor ni al sol en ningun lado del cuerpo. Ni marcas. None.
Así de buena fue la curación y los cuidados posteriores. Ni una marca.
Agradezco tantissimo aún hoy en día a la medicina de calidad argentina. Pública. Para todxs lxs ciudadanxs del país sin importar su origen. Amo mi país.
Un país cruel que expulsa since ever a fuertes y débiles por igual.
De ahí en más, me animé a todo en la vida porque se ve que la mente de ese niño que fuí se dijo a sí mismo: "Si zafé de esta, qué más puede pasarme en la vida...? Estoy protegido. ✅️🎯💫"
Y Jugar con fuego fue my very very thing.*
Y pasaron cosas durissimas. Antes, durante y después de este evento.
Muchas más peligrosas que el haberme prendido fuego físicamente la mitad del cuerpo.
Crecí desde que puedo recordar con un fuego en la mirada, que yo intuía muy adentro de mi ser, desde que puedo recordar.
Es más: si nos conocimos y no encendí tu vida con un fuego permanente, no he tenido éxito alguno entonces.
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Cómo es eso de amar el agua. Bañarme en el mar. Estar en el océano. Amo navegar. Meter los pies en los ríos. Jugar en la piscina hasta quedar arrugado, siendo una persona tan tan ignifuga?
Mystére.
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En fin.
De allí en más entendí perfectamente lo que era inmolarse. Ante situaciones peligrosas, ante chicas/mujeres/amantes, ante la vida. Ante otros. Ir al borde. Ser border.
No me importaba, total, impresión mental: salía indemne de todas la situaciones.
🎯✅️
La historia de mi vida. Caer parado.
Seguí sin parar haciendo fogatas en todas las etapas de mi vida.
Una muy bella? Los fuegos en piras al atardecer en el campo, desde septiembre de 1994 hasta algun momento de 1996. Magical moments.
Incluso durante las últimas décadas que para hacer un simple asado, quemé todo lo que podía entrar en una parrilla de asados domingueros, solo por el placer de hacer una fogata gigante dentro de la parrilla.
Parte del ritual de la previa del asadito en mi vida adulta [y sin ser carnívoro sino a medias, no fueron pocos], es prender fuego enfrente mío con una copa de vino y rendirle culto a ese niño que fuí y que creció creyéndose inmortal.
El Leñero con Serrucho y Hacha
2005 fue un año que tenía a full leña fresca y verde a lo loco, pues una tormenta había tirado un árbol, cedro azul gigante de unos 20 mts., que en la raíz tenía un hormiguero enorme de hormigas negras. Así que flojo estaba y cayó con el viento terrible a la semana de mudarnos.
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Nos quedó una tonelada de madera a la semana de ir a vivir a Ballestilandia. Madera que convertí en elementos útiles como bancos de exterior, arte y leña obvio. Les daba un exquisito sabor ahumado a la carne! |
Tuvimos leña, corteza y pinocha por años. Algunos troncos los usamos de bancos, la gran mayoría le he prendido fuego y los vecinos al haber tanta humareda, puteaban bastante. Darles pelota jamás. No me da la capocha para darle pelota a desconocidx algunx. Jamás.
Mientras tanto, tres hijxs miraban, sin entender at all lo que veían ni saber de mi historia, cuando prendía fuego todo menos sus vidas. Que solo las iluminaba con mi inteligencia y guía. Con mi fuego interior gemini. Con La Antorcha de mi Existencia.
Zafaron grande de este piromano 🔥 empedernido!
Zafaron grandemente. ✅️
Bonus Track
A los 18 años, exactamente en junio porque me habían regalado el CD de la peli de Oliver Stone about The Doors [1991] (a master acting piece from Val Kilmer), pero que el verano inmediato anterior me compré este vinilo importado:
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🔥 |
Y que sonaba all day long in my room junto con Nirvana y Surfer Rosa de los Pixies. Enloquecí con la música de The Doors that year. Y con la iconografía sexy de esa foto de Jim Morrison joven e impoluto que me había quedado grabada a fuego desde 1988 con la peli de vampiros "Qué No Se Entere Mamá (1987)" AKA The Lost Boys. BTW alucinante OST.
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https://m.imdb.com/title/tt0093437/?ref_=nv_sr_srsg_0_tt_8_nm_0_in_0_q_lost%2520boys |
Light My Fire era mantra en mi vida back then.
Aunque yo conocí este clásico en la versión del disco que me compré en la galería subterránea -que ya no existe más- de un localcito de Juramento y Cabildo, Belgrano. Donde años más tarde pusieron Tower Records. Iba seguido en el 92. Lugar donde me compré el 1er saco negro de cuero y la Nonita❤️ me compró las botas negras hasta la rodilla con hebillas. A dos cuadras sobre Cabildo, también gracias a mi abuelita, un dia que fuimos a pasear me compró las primeras Converse All Stars azules. Lo que pateé con esas zapas!
Okay. Fin.
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